11 jun 2010

Getting over it...



Fui una estúpida.

Por pensar que volveríamos a tener algo, cosa en la que seguramente me equivoqué. Porque no tuvimos nada y créeme, no volveremos a tener.
Soy pendeja, pero no tanto.

Fui una estúpida.

Ah, es que eres tan cambiante. Tan malditamente indeciso. Si, yo sé que en los sentimientos no podemos mandar, pero ¿tu sientes? ¿tu amas?
Oh, yo sé que también se pueden amar a muchas personas a la vez, y vuelvo a preguntar ¿tu amas? ¿Tienes alguna clase de respeto hacia nosotras? ¿Hacia mí? ¿Hacia mí?

¡Cielo santo! ¡Un día me besas y al siguiente estás de novio con nosequienchingados! ¿Qué pasa por tu cabeza? ¿Tenías ganas de una novia?

Que mierda contigo. Si, te amo y si, esos dos últimos días que pasé contigo los soñaba a diario.

Pero ya no. Soy tu caja de Pandora.

¿Qué se le hace una caja?

La usas un rato, y la guardas después. La vuelves a utilizar y la vuelves a guardar. Pero cada vez que estás con ella le guardas algo preciado. Para eso está la caja. Porque no se lo confías a nadie más.
La caja, sin embargo, se va desgastando, poco a poco. A causa de la humedad, por las lágrimas. A causa del moho, por la tierra que no deja ver. A causa de utilizarla tanto.

Y está caja ya se está quebrando. Y algún día, te echaré en cara todo lo que me has hecho.

Soy tu única debilidad enmascarada.

Oh, Prometeo, tu error fue no aceptar a Pandora. Y ahora ella abrirá la caja.

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